Las milongas que nos contaron.

Desde «Más vale conocido…» hasta «…con sangre entra»

Y esta reflexión no trata sobre nuestro querido y bien amado refranero español que, aunque no niego que pueda contener expresiones certeras, en general es un cúmulo de prejuicios, barbaridades y miedos, compilados en un engendro al que llamamos «sabiduría popular» y al que dedicaré gustosa más tiempo.

Más bien, de lo que quiero escribir es del condicionamiento, de todo aquello que escuchamos, damos por hecho, vemos e imitamos por inercia desde pequeños, entrando en un camino a ciegas que asumimos sin cuestionarlo porque «la vida es así».

¿Así, cómo?

La vida puede ser como tú quieres que sea y no como «debe ser». Te aviso de que tiene un alto coste, pero siempre será inferior al precio que pagarás por no ser tú.

Recuerda lo que querías ser cuando eras niño, cuáles eran tus inquietudes, las cosas que te llamaban la atención. En la juventud, en qué circunstancias te desenvolvías mejor y sobretodo qué te hacía feliz.

Vuelve, desaprende, es ahí donde encontrarás tu don porque, vayas por el camino que vayas, siempre se presentará frente a ti una y otra vez aunque vestido con diferentes colores.

No ayudamos nada a nuestros hijos, amigos o hermanos dando consejos al respecto. Tan solo, los condicionamos a nuestro punto de vista , incluso en ocasiones a nuestros sueños frustrados. No hay expresión más limitadora, tan escuchada estas décadas atrás, como la de «eso no tiene salida». ¿Salida hacia dónde, al mercado laboral?. Ja!. Milongas. A la única salida que lleva no estudiar o trabajar en lo que eres feliz es a la de fuera de ti.

Mírate, nadie mejor que tú sabe cuál es tu valor, tu don, tu regalo, tu ikigai y desarróllate en él y con él, porque así serás feliz. Potencialo con esudios, con las técnicas apropiadas y no será un esfuerzo, será una ofrenda de la vida.

«Si quieres ser alguien en la vida, tienes que sacrificarte mucho». Mentira. Si quieres ser tú en tu vida, tu trabajo será tu disfrute y tu disfrute será tu trabajo. Ser tú no es un sacrificio, es una evolución, un aprendizaje y si desarrollas tu habilidad, entonces serás brillante.

Como he dicho antes, no es un camino de rosas, pero será satisfactorio. Uno puede decir que su don es la música, pero no tiene éxito, no puede vivir de ello. Entonces habrá que cambiar de conservatorio, de instrumento, de lugar, porque hay un sitio para cada uno, aunque a veces no lo veamos.

Hay un lugar esperándote y si no lo encuentras, la vida que es sabia te lo mostrará.

2 comentarios

  1. Ana, estoy en total acuerdo en que hay que conseguir ser feliz con lo que haces.
    No se trata del sueño de tu vida, se trata de hacer de tu vida un sueño, sintiendote estimulada para hacer de tu caminar un cúmulo de hechos hacia la satisfaccion propia,la plenitud.
    A mi me costo muchos años aprender este principio. Hay quien nunca lo consigue.
    Hay que batallar con los altibajos de la vida sin descanso.
    Veo, y me alegra mucho, que tú lo hayas conseguido. Eres muy joven y llevas el camino correcto para alcanzar esa plenitud.
    La vida es dura, nunca te rindas.
    Yo siempre digo que por muy dificil que me lo ponga, yo soy aun mas dura.

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